Ni los «refresqueros» están a salvo

«Soy muy celoso de mi deber» decía un clásico personaje que representaba a un guardián de la ley; al parecer ese es el lema del agente de parquímetros que coloca el dichoso candado a cuanto vehículo deja de circular por un par de segundos.

A lo mejor no es «celo» si no que estos personajes han de trabajar a «destajo», el caso es que ahora ni los camiones repartidores, a los que hay que ponerle doble candado, están a salvo de estacionarse como deben y «echarle sus moneditas» al parquímetro.

Esto ocurrió hace unos minutos en la colonia San José Insurgentes del Distrito Federal.

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