La referente de la lucha contra la emergencia climática y el presidente de EE. UU. se volvieron a cruzar. Él se comprometió a «plantar árboles», pero para Greta «no es suficiente».
El cruce más esperado durante el Foro Económico Mundial de Davos: Greta Thunberg, referente de la lucha contra la emergencia climática, y el presidente norteamericano Donald Trump, quien es un conocido negacionista climático, coincidieron en la ciudad suiza para la edición número 50 del encuentro que reúne a los principales CEO y líderes políticos de todo el mundo.
Uno de los temas de esta cumbre de Davos parece darle la razón a Greta: “Cómo salvar el planeta”, señalando el aumento en el nivel de los océanos, el calentamiento global y el derretimiento de los polos.
Momentos antes del discurso de Greta, Trump había llamado a «rechazar a los profetas de la fatalidad» que reclaman acciones contra el calentamiento global, acusando de «alarmistas» a quienes, según él, buscan controlar «cada aspecto» de la vida de los demás.
Cínicamente, el presidente norteamericano se comprometió a plantar “un billón de árboles”, como propone el Foro Económico de Davos, a la par que celebró que Estados Unidos sea ”el principal productor de petróleo y de gas del mundo”, es decir, precisamente los fósiles responsables de las emisiones de dióxido de carbono que contribuyen al calentamiento global.
La respuesta de Greta estuvo servida: “Plantar árboles está bien, claro, pero ni de lejos se acerca a lo que es necesario hacer”. Ya no se trata de reducir emisiones de carbono, sino de acabar con ellas para siempre si se pretende lograr el objetivo de que la temperatura del planeta no suba más de 1,5 grados.