A pesar de la serie de trabas que pusieron los partidos para alcanzar una candidatura independiente a la presidencia de la república, son ya once quienes han decidido ir por este camino y a estos se podrían agregar una media docena más.
Por primera vez tendremos candidatos independientes en las próximas elecciones por la presidencia de la república.
¿Es bueno esto?
Si analizamos los nombres de los que aparecen en la lista, hasta el momento, veremos que fuera de políticos conocidos que no cupieron en ningún partido y de un seudocomunicador, los demás son prácticamente desconocidos con más buenas intenciones que posibilidades.
La verdad es que desde esta perspectiva los candidatos independientes carecen de posibilidades reales de lograr algo destacado. Quizá si tuviéramos una sola persona con verdadero carisma o con un plan verdadero e innovador, alguien que logre amalgamar al electorado, tal vez la candidatura independiente funcione pero lo que estamos viendo no es más que una forma de diluir el voto.
No hay mejor noticia para un candidato oficial que existan independientes; muchos independientes y que incluso el partido de derecha se desgaje y la señora del ex presidente también se vaya “por la libre”.
Todos esos votos no serán por una causa, no servirán para mejorar a ese país; todos esos votos tan sólo se transformarán en vil morralla que no se aplicará a un verdadero candidato de oposición y que sólo servirá para apuntalar al PRI.
La verdad es que todos esos candidatos “independientes” no le hacen ningún favor a México y lo único que hacen es distraer al electorado y fortalecer al partido oficial.