Cuando era pequeño recuerdo que, justo por estas épocas, el gobierno invertía mucho dinero en campañas en las cuales promovía el ahorro de las gratificaciones de fin de año (aguinaldos).
“Vamos a cuidar nuestro aguinaldo” era el concepto rector que pretendía evitar que ese dinero que llegaba a finales de año fuera dilapidado en la época navideña.
Definitivamente eran otras épocas, el gobierno mantenía un papel de “niñera” y trataba a los ciudadanos a nivel de párvulos.
Otros tiempos los que vivimos y mientras antes nos recomendaban guardar, ahorrar y utilizar el aguinaldo para cosas realmente necesarias, el mensaje del gobierno ahora es el de “gasta, gasta y gasta”.
A final de cuentas eso es el “Buen Fin”: gasta tu dinero como si no hubiera un futuro. Compra cosas, vacía tu cuenta que, el año que entra, dios dirá.
El pretexto es el de reactivar la economía. Según el gobierno si gastamos nuestro dinero los recursos circularán, la economía se activará y todos estaremos mejor.
Si el gobierno quiere activar la economía con más dinero circulando ¿por qué mejor no autoriza los aumentos del salario mínimo?
Es un tema del que hasta los gringos están conscientes: en México urge un aumento de salarios porque somos una de las economías con mayor brecha entre ricos y pobres.
Si quieren que haya más dinero circulando, no promuevan que los trabajadores dilapiden lo poco que tienen, mejor hagan que tengan más y así participen de la economía de forma más amplia.
Que sus necesidades puedan ser cubiertas y que tengan para gastar -todo el año- en productos que no sean sólo para la supervivencia diaria.
En vez de hacerle el caldo gordo a los comerciantes, que suben precios para luego bajarlos de manera artificial dentro del Buen Fin, mejor hagamos un México más justo para todos.
Es una idea…