Las campañas electorales rumbo a los comicios del 7 de junio se llevan a cabo con la normalidad que envuelve la contienda; entre propuestas, discursos y el despliegue de propaganda, algunos partidos políticos han intentado conquistar el voto a través de el uso indiscriminado de recursos, rebasando topes de campaña.
Las opciones que brindan las nuevas y diversas herramientas para la difusión de contenido, se encuentran al servicio de la política, convirtiéndose en un arma de dos filos al volverse parte del derroche del presupuesto, que este año fue incrementado para votar a 9 gobernadores, 500 diputados federales, elegir a 903 presidentes municipales y 639 diputados locales.
El 2015 quedará registrado como uno de los años en los que más partidos políticos participan en una contienda electoral y también en el que más dinero público recibirán, luego de que el pasado mes de diciembre, el Instituto Nacional Electoral aprobara un presupuesto de 5,355 millones 522, 828 pesos en el que se incluía el financiamiento de éstos.
Amonestaciones y la anulación de triunfos, son sólo algunas de las sanciones que el INE puso en práctica desde el inicio de las precampañas para combatir el rebase del presupuesto fijado, sin embargo, las inconsistencias e irregularidades han sobrepasado las amonestaciones, tal como sucede con el Partido Verde, que acumula más de 12 multas sin pagar.
Será hasta después del 7 de junio cuando el INE rinda cuentas y se consolide o no, como una institución efectiva en la organización electoral a partir de los cambios orquestados desde la reforma política electoral, que entre otros aspectos, determinó que una elección podría anularse cuando se rebase el 5 por ciento más de los topes de campaña.
Nos queda esperar que en las últimas semanas de contienda deje de confundirse el liderazgo con mercadotecnia política y nos den de qué hablar con propuestas y no con excesos, pues está claro que una administración que mal empieza, incluso desde la campaña, mal acaba. Es mi opinión…
Escrito por Gladis López Blanco