El presidente Enrique Peña Nieto promulgó ayer la polémica Ley de Seguridad Interior, publicada más tarde en edición vespertina del Diario Oficial de la Federación.
Una noticia que, sin duda, ha dado mucho de qué hablar, ya que, tal como lo aseguró el mismo presidente, este ordenamiento es especialmente sensible para la vida pública del país.
De hecho, resulta una amenaza grave para varios aspectos de la vida ciudadana, por ejemplo:
1.Da a las fuerzas armadas facultades de policía, como permitirles acciones «preventivas a su criterio.
2. No genera controles para verificar el respeto a los derechos humanos, solo menciona que «se respetarán».
3.Permite a las Fuerzas federales, incluyendo a los militares, intervenir contra protestas sociales si consideran que no son pacíficas.
4. Mala regulación del uso de la fuerza, se remite a protocolos deficientes y no supervisados.
5. Ataca la transparencia al determinar que toda la información sobre medidas de seguridad interior será confidencial.
6. No impone límite de tiempo a las afectaciones de seguridad interior.
7. No obliga a que las autoridades estatales y municipales fortalezcan a sus policías civiles en tiempos y conforme a metas concretas.
8. Fomenta la intervención militar en áreas de inteligencia civil.
9. No establece controles ni contrapesos robustos, únicamente habla de que el Secretario de Gobernación remita un informe a la Comisión Bicameral del congreso de la Unión.
10. Las definiciones imprecisas permiten que todo quepa en la figura de seguridad interior.