Durante el mandato del presidente Enrique Peña Nieto se incrementó el presupuesto de programas y acciones sociales que si bien ayudaron a subsanar algunas carencias, no lograron disminuir la pobreza. Esto lo dio a conocer el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2018, realizado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Entre 2010 y 2016 el presupuesto ejercido para el sector salud y educación registro un crecimiento promedio de 150% y 4.5%, respectivamente, pero eso “no ha significado necesariamente la garantía del acceso efectivo a los derechos sociales”. Esto, porque existe una dispersión de programas enfocados a resolver una misma problemática, lo que implica “mayores gastos y resultados insatisfactorios”.
El informe, explica que hasta 2017 habían 149 programas federales de desarrollo social, de los cuales 88 fueron catalogados por el Coneval como prioritarios debido a su contribución directa a disminuir las carencias sociales o al acceso efectivo de derechos. Mientras que 61 fueron etiquetados como no prioritarios porque “no aportan directamente a la superación de la pobreza”.
Según el Coneval, la administración pública ha atendido sus recomendaciones y por eso depuró el número de programas sociales para quedar en 149 programas para 2017 (84 menos que en 2015), pero esto no se ha traducido en ahorros, toda vez que “el presupuesto se ha mantenido relativamente estable, con un incremento promedio real de 3.2 por ciento en el periodo 2009-2016”.
El Coneval concluye que si bien existen programas y acciones dirigidos a la población en pobreza que ayudaron a subsanar las carencias sociales, “la amplia oferta programática no ha generado las condiciones propicias para que la población con ingresos inferiores a la línea de bienestar disminuya al mismo ritmo”.
Otra evidencia de la ineficacia es que 22.8% de los programas y acciones de desarrollo social entre 2010 y 2016 estuvieron orientados a generar bienestar económico, aún siguen existiendo en el país 50.6% de personas con ingresos inferiores a la línea de bienestar. Por tanto, concluye el Coneval, esta dificultad para generar ingresos entre los sectores más necesitados de la población “es un escollo para la reducción de la pobreza en México”.
Esto demuestra que “los programas presupuestarios destinados a la generación de ingresos entre los más pobres del país tienen alcances limitados y, por lo tanto, el crecimiento sostenido del poder adquisitivo en México no debería solo provenir de estas intervenciones”.
Con información de Animal Político