Los expertos lo tienen claro: en 2018 la apuesta de Peña Nieto no será por el Priismo en sí, sino porque sus ideas permanezcan en control de Los Pinos.
Y es que a nadie sorprende que EPN sea el encargado de designar al siguiente candidato a la presidencia de la república, sin embargo, lo que sí puede ser una noticia inesperada es que el presidente se vea acorralado a renunciar a sus opciones lógicas y más allegadas para tener que postular alguien que de verdad pueda contender.
Porque tampoco queda duda que en 2018 la decisión no será tomada con base en lo que sea mejor para México, sino en quién sea el que tenga oportunidad de vencer a Andrés Manuel López Obrador.
De ahí que, hoy en día, las principales opciones no sean Osorio Chong o Aurelio Nuño, sino José Antonio Meade e incluso José Narro.
A pesar de todo, la decisión está lejos de haberse tomado, por lo que habrá que esperar a la última quincena de noviembre o la primera de diciembre, que es el límite para definir candidatos e iniciar precampañas.
¿Cuál será el plan de Peña Nieto para sostener a un partido que lleva más de 70 años con las mismas prácticas?