Durante la recesión de 2008, la tasa de participación llegó a 59.41 por ciento de la población. En tanto, en agosto de 2011, cayó a 59.27 por ciento.
Eduardo Loría, coordinador del Centro de Modelística y Pronósticos Económicos (CEMPE) de la UNAM, declaró que el descenso en la participación significa que a la gente no le es atractivo entrar al mercado laboral.
“Ante el aumento en las condiciones críticas de la ocupación, mucha gente prefiere no entrar al mercado laboral porque su perspectiva es que le van a pagar muy poco, en condiciones de demasiadas horas de trabajo”, afirmó.
Por su parte, José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC), organización de académicos y empresarios, coincidió en que el mercado laboral no es atractivo en México, así que hay que la población opta por migrar u ocuparse en otras opciones como el estudio.
Empleo pobre
Las últimas cifras disponibles del INEGI indican que la tasa de condiciones críticas de ocupación (TCCO) es de 13.84 por ciento de la población ocupada, alcanzando un máximo desde 2005.
Es decir que cerca de 7.2 millones de trabajadores laboran bajo condiciones precarias al trabajar menos de 35 horas a la semana por razones ajenas a ellos, laborar más de 35 horas con ingresos mensuales de menos de un salario mínimo o con jornadas mayores a 48 horas, ganando hasta dos salarios mínimos.
Es decir, los empleos que pagan más de 3 y sobre todo más de 5 salarios mínimos, han ido desapareciendo, lo que provoca que los trabajadores busquen otras opciones.
Aunque se ha registrado avance en la formalización laboral, las plazas que van en aumento no son las de mayores salarios.
Entre el segundo trimestre de 2005 y el mismo trimestre de 2017, los empleos que pagan más de 5 salarios mínimos por mes han ido la baja, al igual que los que tienen sueldos de más de 3 y hasta 5 salarios mínimos, mientras que los de más de 1 y hasta 2 salarios mínimos se han incrementado significativamente.