Ya anda José Antonio Meade haciendo pasarela política mientras –en la más pura tradición dinosaúrica priista- los búfalos se arrojan en manada a los pies del nuevo ungido del sistema.
Habemus candidato.
Tan desesperado está el priismo, el presidente de la república, los empresarios, que ni siquiera se atrevieron a poner como candidato a uno de ellos.
Buscaron, revolvieron cada piedra y hurgaron en cada hueco y no encontraron ningún candidato medianamente decente. Así de jodido está el priismo.
Con Meade pretenden darle una nueva imagen; un hombre que, al menos en el papel, parece impoluto a pesar de haber pasado por los oscuros pasillos de dos administraciones bastante cuestionadas… Tal vez con el tiempo conozcamos un poco de un hombre que, por el simple hecho de estar entre los poderosos de dos gobiernos muy corruptos, es imposible que no tenga cola.
A las pocas horas de haber sido señalado por el “dedo divino” ya nos encontramos con algunas fotos bastante comprometedoras:
Sí, a pesar de todo, Meade es producto del sistema; aunque diga que “no tiene partido” ha sido militante, de facto, de dos de las instituciones políticas más corruptas de este país.
No dejes que una cara amable y una voz suave te seduzca: José Antonio Meade es un priista.