Resulta que los abogados de Javier Duarte lograron que un juez no aceptara una serie de pruebas debido a que, estas, no habían sido recolectadas de la forma correcta.
No solo eso, este tipo de “errores” por parte de la fiscalía podrían obligar a que el juicio por peculado que se le lleva al ratero del ex gobernador de Veracruz se anulara y que el malandro salga caminando de la cárcel.
Desafortunadamente, gracias a nuestro prehistórico sistema penal así como a la incapacidad y corrupción por parte de procuradores y sus achichincles, no es raro donde los criminales libren juicios y salgan libres por causa de “expedientes mal armados”.
Lo peor de todo es que este asunto no parece ser tanto incapacidad como corrupción.
¿Qué tan difícil es “convencer” a un ministerio público de que “cometa errores” a la hora de preparar un caso?
Un buen abogado defensor sabrá localizar dichos errores y “voltear” la ley para que ésta permita liberar a un criminal teniendo como base una minucia técnica.
Y como eso en México no ocurre… no dudamos que en un cercano futuro nos salgan con aquello de que la fiscalía se equivocó y que el ratero de Duarte es libre de subirse al primer avión con dirección a la impunidad para disfrutar de sus millones.
Triste justicia la que tenemos en México.