Incluso la Arquidiócesis dijo que el presupuesto, aprobado por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), es ‘desorbitado’.
«18 mil 226.4 millones de pesos, lo que representa un aumento de 7.1% frente al año anterior», mismo que será entregado a la Secretaría de Hacienda para presentarlo a la Cámara de Diputados.
A pesar del contexto tan adverso por el que atraviesa nuestro país, gastar esta cantidad en campañas electorales sigue siendo una acción sin oposición. Ha habido muchas críticas, pero, ninguna lo suficientemente fuerte como para detener el presupuesto.
Por su parte, Lorenzo Córdova argumentó que en comparación con el número de elecciones locales, cargos a elegir, así como los funcionarios de casillas el porcentaje de las mismas a instalar, será considerablemente superior para los comicios federales de 2018.
Además, «representará en términos reales un porcentaje similar al que se destinó para la organización de las elecciones presidenciales de 2000, 2006 y 2012».
Tal como declaró Córdoba esta será «la elección más grande de nuestra vida democrática». Sí, con el presupuesto más grande y las mayores inconformidades por parte de otras instituciones y, sobre todo, de los ciudadanos.